viernes, 4 de julio de 2014

Cada día es más difícil.
Cada día, es más difícil disimular que todo va bien.
No es que sean grandes ni abundantes los problemas (por llamarlos de alguna forma) que tengo.
Sólo son difíciles de llevar, al menos, para una chica de 17 años con alma de poeta.
"Es que te pica un mosquito y ya estás llorando" o " Es que lloras por cualquier cosa".
Pues sí, cualquier cosa hace rebosar el vaso que siento que soy. 
Un vaso que está rebosante de agua que, puestos a apostar, han llenado mis lágrimas.

Es que no es fácil ver cicatrices donde ojalá hubiera pulseras, no hablo de mi, sino de cierta persona por la que daría mi vida para que ella estuviera bien y no le faltara de nada. Una persona que deseo y tenía como imposible que cada vez se acerca más a mí cuando yo ya estoy comprometida y a gusto con otra, y dudo de mi misma.

Dudo de mis sentimientos, de mi alma de poeta (o de gilipollas).

A lo mejor mi único problema soy yo.
Y lo siento, porque no puedo escapar de mí. 

domingo, 25 de mayo de 2014

Y en las noches más oscuras, me parece oír su voz.
 Me pierdo entre las sábanas, buscando su calor. 
Abro los ojos 
(fue un sueño), 
Miro a mi alrededor 
(vacío). 

El suelo, como de costumbre, frío al contacto de mis pies descalzos en busca de la cocina. Intento no mirar, pero me fallo a mí misma y vuelvo a buscarte. 
Tu asiento 
(vacío) 
Tu presencia 
(ausente). 

Enciendo un cigarrillo. Humo. Calada tras calada. 
Se consume, al igual que yo, o al igual que nosotros. 
Qué más da.
Nos vamos empequeñeciendo, desapareciendo. 
¿Te pasó esto con mi amor? 
El mío aún quema.

 -Rebeca C. ©

sábado, 17 de mayo de 2014

..

No sé cómo me siento.
No puedo dormir, y tampoco puedo pensar
(al menos con claridad).
Tengo infinitos pensamientos en mi cabeza
que necesitan salir, y lo hacen
en forma de lágrimas.

Mi cabeza va a explotar, y ya no sé muy bien por qué.
Tengo tanta mierda en  la mente de tantas veces que
me he callado y me he tragado el orgullo que
ya no puedo acumular más...No puedo, no.

Siento un vacío en mi interior, y a la vez, una
multitud en mi mente.
No hay término medio en mi.
O todo, o nada.

miércoles, 14 de mayo de 2014

A la deriva.

El sonido de sus pisadas resonaban en su cabeza como una melodía que desenfrena el corazón en una película de terror de los sesenta, sólo que, aquello que estaba viviendo (mientras sentía que moría), era real.

Las gotas de lluvia resbalabas desde la cumbre de su cabello rojizo hasta sus rosadas mejillas, donde, a su vez, caía una lágrimas tras otra.

Tenía la cabeza agachada y sus ojos fijos en lo único que le quedaba de

él, las botas que le regaló el día en que por primera vez subieron juntos a un escenario.

Solía sonreír cuando pensaba en aquel Octubre del 73, cuando él acababa de cumplir 18 y ella apenas se sentía adolescente a pesar de sus 16… Pero esta vez, no había rastro de sonrisa, sólo océanos que huían de sus ojos verdes para llegar a morir en sus labios o en su cuello.

Finalmente se detuvo frente al puerto.

"Liverpool no es el mejor lugar para huir de los fantasmas" -pensó.

Las olas rompían contra el muelle, cerca de sus pies; demasiado cerca de sus pies.

Por un instante imaginó cómo sería dejarse caer, tirarse a la deriva, escapar de la vida.

Sentía que tenía tan poco que perder.


-Rebeca Cost ©

Mother Earth


"Debemos reconocer que el mundo está gobernado con un espíritu erróneo y que un cambio de espíritu no puede venir de un día para otro.
Debemos confiar en que en el mañana, aquello que hoy piensan unos pocos, sea el ideal de muchos."